miércoles, 11 de febrero de 2015

Gracias a esa taza de café.

Fue un día común. Uno de esos en los que despierto y salgo a tomar café mientras disfruto de ese pequeño momento de soledad en la mañana y me preparo para otro día mas de rutina cuando lo vi; lo cual es bastante raro dado que a veces parece que tengo problemas de atención. Caminaba hacia mí, tan alto y erguido, con esa cabellera castaño oscuro y esos enormes ojos color marrón que me miraban como acusándome de algo. 

"—Buenos días señorita, disculpe estoy buscando esta dirección— dijo él."  

Y como era de esperarse de mi boca no salió una sola palabra. Estaba estúpidamente enamorada de un extraño. Al ver como yo probablemente me babeaba dijo:

"—Señorita, ¿está bien?—" 
"—¿Qué?, ah sí, estoy bien— respondí mientras intentaba no mirarlo fijamente—"
"—La dirección— dijo él—"
"—Ah sí, es justo en la calle de enfrente. Es una casa azul con blanco—dije"

Dio media vuelta y se dirigía hacia el lugar que yo le había indicado. Fue entonces cuando me di cuenta que esa no era realmente la dirección que él buscaba. Mi cerebro parecía no funcionar bien ese día por lo que salí corriendo y gritando.

"—¡Espera, esa no es la dirección— grite mientras lo alcanzaba—"
 
 Por supuesto,al escucharme se detuvo y fue ahí cuando choqué con él y derrame el café sobre mi blusa. 

Justo ahí en ese momento, con la blusa manchada por el café, y las mejillas ruborizadas por la vergüenza, escuchamos una voz.

"—¡Amor, es por aquí, aquí estoy— gritaba una muchacha mientras agitaba su mano desesperadamente—"
"—Ya te alcanzo nena. Muchas gracias señorita pero ya encontré lo que buscaba— dijo él mientras se alejaba"

Hoy hace 4 inviernos que lo vi pasar mientras tomaba café. Desde entonces, tomo el café todos los días, a la misma hora, en el mismo lugar, con la esperanza de verlo pasar, fingiendo estar perdido.

Madame Amour.
Blogs todos los martes y jueves.

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